En Uruguay, el comienzo de la educación militar se sitúa junto al proceso de inicio y conformación de las Fuerzas Armadas (FFAA), que tuvo lugar a partir del año 1825, aunque el ámbito militar en ese período no era una institución netamente consolidada, sino que se componía de caudillos, organizados en bandas partidarias, bajo el mando de jefes reconocidos (Rial,1992). Con el transcurso de los años, y desde la creación de las Escuelas de Formación de Oficiales, la función militar se constituyó en una profesión. Desde allí y hasta la promulgación de la Ley General de Educación 18.437/2008 (LGE), la educación militar se enmarcó en la órbita del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) y de las propias instituciones militares. Si bien esta ley dio lugar a un proceso significativo de reforma en la educación militar, acompañando los cambios sociales y políticos que ocurrían en el país, ya se venían promulgando normativas relacionadas con la educación militar, como las que permitieron el ingreso de mujeres a las escuelas de formación militar y la exigencia del bachillerato completo como requisito de ingreso a las instituciones educativas militares. Por otra parte, los nuevos escenarios internacionales de conflictos también incidieron en este proceso de cambio del perfil profesional. A pesar de que en la actualidad los conflictos armados son distantes de Uruguay a nivel geográfico, conllevan avances tecnológicos que operan a distancia y definen nuevos objetivos y acciones, a veces no tan visibles, situación que ha transformado la seguridad a nivel nacional y mundial, por lo que exige nuevos roles al militar profesional, tal como se desprende de la Ley Marco de Defensa Nacional 18.650 de 2010 (LMDN). En 2014 se aprobó la primera Ley de Educación Policial y Militar 19.188 de 2014 (LEPM), en Uruguay, que establece lineamientos para la educación militar en sus aspectos curriculares generales, orientados a formar al profesional con los criterios establecidos para los niveles educativos correspondientes del sistema educativo nacional, mientras que el MDN define las dimensiones específicas y técnicas de la formación militar. La ley referida, además, determina que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) es la entidad que debe reconocer las titulaciones terciarias y universitarias de grado y posgrado que se dictan en las instituciones militares. En el marco de lo expuesto, la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU), y en particular la Escuela Militar de Aeronáutica (EMA) -que hacen parte del objeto de estudio de esta investigación-, en 2015 comenzaron el rediseño curricular de la carrera de formación de oficiales, con el objetivo de adecuar la propuesta académica a las nuevas demandas en materia educativa y de defensa, que exigen un militar competente para cumplir con los nuevos requerimientos en defensa nacional y preparado para contribuir a la sociedad. Esto permite obtener el reconocimiento académico a través de una carrera de grado que brinda a sus integrantes la posibilidad de continuar sus estudios a nivel de posgrado. Dicho proceso culminó con el reconocimiento de la LDMA en 2020, que se convirtió en la primera carrera militar de grado universitario en Uruguay en estar avalada por el Sistema Nacional de Educación Pública (SNEP), por medio del MEC. Partiendo de lo anterior, el presente trabajo se orienta a analizar la transformación curricular en el marco del proceso de profesionalización universitaria aeronáutica militar en el Uruguay 2015-2020, teniendo como estudio de caso la Licenciatura en Defensa Militar Aeroespacial en la Escuela Militar Aeronáutica. Para este abordaje se toma como referencia la revisión documental y la experiencia de actores claves que intervinieron en el proceso, recogiendo sus testimonios mediante entrevistas individuales.