La violencia doméstica hacia la mujer o violencia de pareja es un problema social, de salud pública y constituye una violación a los derechos humanos, encubierta por mucho tiempo en Uruguay por considerarse perteneciente al ámbito de lo privado. Se pretende comprender cómo el significado, atribuido a los efectos que las situaciones de violencia de pareja producen sobre los hijos, opera en la toma de decisiones (quedarse o alejarse del vínculo con el agresor) de las mujeres. El mandato social tradicional incorporado en un gran porcentaje de mujeres de “ser una buena madre” y de mantener a la familia unida, entra muchas veces en contradicción en situaciones en las que los hijos están implicados en la violencia de pareja, con componentes de violencia física. Desde una perspectiva de género, se analizará el influjo de la cultura patriarcal como promotora de las concepciones sexistas, sobre el ejercicio de la maternidad, considerada en su práctica social. La influencia de los mandatos y estereotipos socioculturales esperables para cada sexo en el ejercicio de la maternidad, promovería reacciones ambivalentes frente a una situación de violencia física. Las mujeres entrevistadas oscilan entre quedarse o alejarse del agresor. La duda acerca de permanecer en el hogar o irse, siempre está vinculada con la búsqueda de la mejor manera de proteger a sus hijos. Esas decisiones: parálisis o huida, implican actitudes distintas frente al mismo escenario. El estudio se enmarca en una metodología de tipo cualitativa y la técnica utilizada fue la entrevista en profundidad semi-estructurada. Se realizaron veinticuatro entrevistas a mujeres madres entre 25 y 48 años que viven en la ciudad de Montevideo.