El propósito de este estudio es dar cuenta cómo las personas, reunidas en comunidades virtuales, interpretan y organizan la función social de la crianza desde una perspectiva de derechos. Los objetivos se centran en identificar las significaciones que construyen estos participantes sobre dichos espacios, identificar las funciones que estos cumplen en la construcción de creencias y prácticas de crianza; explorar las tensiones que surgen entre los discursos hegemónicos y el de las prácticas de crianza, analizar el lugar que ocupa el niño como sujeto de Derecho en el discurso de sus referentes familiares1 y describir el perfil de los usuarios y de las comunidades virtuales de crianza. Para realizar el estudio, se utilizó una metodología cualitativa, mediante etnografía virtual, utilizando la observación y la entrevista en profundidad como principales herramientas. La muestra estuvo conformada por dos grupos de Facebook -uno secreto y otro cerrado- y trece participantes de los mismos que fueron seleccionados para las entrevistas. Como principales resultados, encontramos que los espacios virtuales analizados constituyen ámbitos de sociabilidad significativos para mujeres, principales protagonistas de los mismos, aunque con matices diferentes: mientras que uno de los grupos constituiría una comunidad virtual, el otro constituye actualmente una variante de comunidad virtual ya que prima un carácter menos horizontal de la interacción y un lazo afectivo más débil entre los participantes. En ambos ámbitos, se interactúa en torno a un conjunto de creencias, a la que denominan crianza con respeto, que implica un tratamiento particular del niño, teniendo en cuenta su estatus de sujeto de derechos y cuya puesta en práctica produce múltiples tensiones con respecto al alcance del término en las negociaciones cotidianas niño-referente. Estas tensiones cuestionan las creencias recibidas de las generaciones anteriores; así como con las pautas recibidas del sector salud, a quien le cuestionan el tratamiento tanto hacia el niño (desde el momento del parto), como hacia las familias, defendiendo el derecho de criar según sus creencias. En relación a los derechos ya adquiridos, las usuarias expresan desconocimiento inicial de los mismos, que procuran saciar a través de múltiples consultas virtuales. Asimismo, se observa la disponibilidad témporo-espacial para establecer la interacción a través de mecanismos selectivos, que van conformando el artefacto cultural, es decir, la particular manera de utilizar internet. Encontramos que, en ambos espacios, existe una continuidad vincular entre los entornos online-offline y que las personas buscan profundizar los lazos con otras, en entornos virtuales cada más íntimos, así como en los entornos offline, retroalimentándose estos entre sí.