Comenzó a funcionar el nuevo sistema de relaciones laborales. El gobierno mantuvo el protagonismo convocando a los Consejos Superiores y proponiendo lineamientos para los aumentos de salarios. Los criterios mantienen el mismo enfoque neoclásico del período anterior, suponiendo que los aumentos de salarios pueden afectar los niveles de competitividad y de empleo, lo que en la economía uruguaya contemporánea no ha sido demostrado. Tuvieron como respuesta la discrepancia del movimiento sindical que realizó dos paros generales parciales y algunas preocupaciones de las organizaciones empresariales. Se pueden pronostica dos resultados: a) en el plano económico, la implementación de los criterios propuestos por el gobierno implicarán aumentos del salario real en función del aumento de la productividad aparente del trabajo; por lo tanto, no modificarán la distribución del ingreso y por el contrario, consolidarán altos niveles de rentabilidad del capital; b) se reducirá el número de consenso en los Consejos de Salarios y aumentarán las resoluciones por mayoría, con los votos de las representaciones del gobierno y de los patrones.