La intención es que esta breve presentación oficie como un simple tornillo de una “caja de herramientas”, como diría Foucault, constituyendo un disparador para una nueva forma de aprender (saber), emprender (hacer) y comprender (saber hacer) la realidad, en la cual se circunscribe las prácticas profesionales. Prácticas profesionales que no deberían ser estructuradas bajo el pensamiento de la certeza- linealidad y estabilidad, sino en el contexto de un pensamiento que provoca incertidumbre- caos y riesgo, desafiando la improvisación. En esta ponencia se pretende dar cuenta de algunos de los componentes centrales de este debate y señalar aquellos que comprendemos, contribuyen para el abordaje y discusión de las funciones del Área de Teoría y Estrategias Metodológicas del Trabajo Social. El Trabajo Social como disciplina está dotada por convención de una serie de competencias, que aparecen planteadas en varios currículos de Planes de Estudios en el Uruguay: Plan de Estudios de 1992 y el actual Plan de Estudios de 2009). En ellos, las competencias son entendidas como enunciados de propiedades características de la profesión, ya sean teóricas, metodológicas, políticas u otras. Las competencias aparecen como reconocimiento y valoración de las capacidades de los otros y de las propias. No se puede estimar el desarrollo de las capacidades, si no se es capaz de reconocerse en tanto seres con capacidades; que abren caminos alternativos a la acción como estrategia y a la decisión como opción de esa estrategia.