En el año 1934, Garlucci, estudiando el estado de la pared abdominal en 700 apendicectomizados del Bellevue Hospital (Nueva York), analiza los casos en que algún defecto parietal ha sido notado, estableciendo que el porcentaje de eventraciones depende fundamentalmente de que muchos abultamintos de la zona de cicatriz o "bulge" sean clasificados como hernias o inversamente. Considera que la mayoría de esas "bulges", que en las estadísticas aparecen catalogadas como simple debilidad de la cicatriz, son realmente verdaderas eventraciones con una amplia abertura de la pared. Admite también la posibilidad de que algunas "bulges" pueden ser dehiscencias incompletas de la pared, vale decir que el oblicuo externo -para las incisiones situadas por fuera del recto- o la hoja anterior de la vaina -para las situadas por dentro de él- haya resistido, en tanto q ueel peritoneo y la capa muscular subyacente, hayan cedido