Sumario: | Al tornarse independiente en 1828, por la irresistible presión británica, el Uruguay ofrecía un cuadro limitado y precario. El país domina el curso a los ríos que llevan al interior de la extensa cuenca del Plata, y Montevideo era el mejor puerto de la región. La diplomacia captó su importancia para introducir en tránsito sus manufacturas en aquel vasto mercado e indujo al gobierno a transformar el puerto en un depósito aduanero. Entre tanto se desató en la Argentina la guerra civil entre Federales y Unitarios, y un conflicto entre Rosas y el gobierno de Francia por reclamos de residentes franceses, que condujo al bloqueo de Buenos Aires por la flota francesa. El propósito del gobierno francés de desplazar a Inglaterra de su posición dominate en el Uruguay llevó a los franceses a apoyar al bando surgente del General Rivera para derrocar al Presidente legal Oribe. Una vez en el poder, Rivera, para enfrentar a Rosas, recurrió sistemáticamente a la leva de residentes extranjeros, sobre todo franceses e ingleses, para enrolarlos en su Marina de Guerra. Las levas dieron lugar a rozamientos y conflictos con los respectivos cónsules, de los que dan cuenta los numerosos testimonios del Archivo General de la Nación, que se analizan en un período breve y acotado a los residentes y desertores franceses e ingleses.
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