Informe final del proyecto: Relevamiento de los problemas sanitarios que afectan a las colonias de abejas melíferas, como herramienta de base para la planificación de la producción apícola y el mantenimiento del potencial polinizador

Antúnez Claustre, Karina - Arredondo Papiol, Daniela - Castelli Norando, Loreley - Zunino Abirad, Pablo - Campa, Juan Pablo - Branchiccela Correa, Maria Belen - Palacios Trujillo, Sofia - Añon, Guillermo - Katz González, Helena

Resumen:

En la última década las pérdidas de colonias de Apis mellifera han sido alarmantes en todo el mundo. En Uruguay estas pérdidas alcanzan el 20-30% anual, siendo la presencia de plagas y patógenos una de las principales causas. Nuestro objetivo fue relevar la presencia, prevalencia y distribución de las principales plagas y patógenos que afectan a las abejas melíferas, y comparar los resultados con los obtenidos en un monitoreo similar realizado en 2011. En otoño-invierno muestreamos 100 colonias de A. mellifera de todo el país, según la densidad de colmenas por departamento. Analizamos la presencia del ácaro Varroa destructor y virus ARN en abejas nodrizas, del microsporidio Nosema spp. y el tripanosomátido Lotmaria passim en abejas pecoreadoras y la bacteria Paenibacillus larvae en miel, siguiendo los métodos estándar (recuento directo y microscópico, cultivo microbiológico, PCR, RT-qPCR). V. destructor fue la plaga más prevalente y distribuida en todo el país. También encontramos una alta prevalencia de N. ceranae y L. passim, aumentando de 15 y 13% a 63 y 60%, respectivamente. La prevalencia de esporas de P. larvae en miel también aumentó de 2 a 10%. En cuanto a los virus ARN, la prevalencia del SBV aumentó de 19,4 al 26,5%, el DWV se mantuvo estable (30%), y el BQCV y ABPV disminuyeron (a 22,4 y 6,1% respectivamente), mientras que la prevalencia de CPBV fue de 24,5%. El movimiento de colmenas, actividad que ha aumentado en los últimos años, podría estar jugando un papel importante en la dispersión de estos patógenos. Coincidiendo con 2011, no se detectó la presencia de N.apis, IAPV ni KBV. Estos resultados demuestran la importancia de los monitoreos para conocer la distribución y prevalencia de patógenos, evaluar el éxito de las estrategias recomendadas y estar alerta ante el ingreso de nuevas amenazas.


Detalles Bibliográficos
2023
Agencia Nacional de Investigación e Innovación
Abejas melíferas
Patógenos
Producción de miel
Ciencias Agrícolas
Ciencias Veterinarias
Español
Agencia Nacional de Investigación e Innovación
REDI
https://hdl.handle.net/20.500.12381/3306
Acceso abierto
Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional. (CC BY-NC-ND)
Resumen:
Sumario:En la última década las pérdidas de colonias de Apis mellifera han sido alarmantes en todo el mundo. En Uruguay estas pérdidas alcanzan el 20-30% anual, siendo la presencia de plagas y patógenos una de las principales causas. Nuestro objetivo fue relevar la presencia, prevalencia y distribución de las principales plagas y patógenos que afectan a las abejas melíferas, y comparar los resultados con los obtenidos en un monitoreo similar realizado en 2011. En otoño-invierno muestreamos 100 colonias de A. mellifera de todo el país, según la densidad de colmenas por departamento. Analizamos la presencia del ácaro Varroa destructor y virus ARN en abejas nodrizas, del microsporidio Nosema spp. y el tripanosomátido Lotmaria passim en abejas pecoreadoras y la bacteria Paenibacillus larvae en miel, siguiendo los métodos estándar (recuento directo y microscópico, cultivo microbiológico, PCR, RT-qPCR). V. destructor fue la plaga más prevalente y distribuida en todo el país. También encontramos una alta prevalencia de N. ceranae y L. passim, aumentando de 15 y 13% a 63 y 60%, respectivamente. La prevalencia de esporas de P. larvae en miel también aumentó de 2 a 10%. En cuanto a los virus ARN, la prevalencia del SBV aumentó de 19,4 al 26,5%, el DWV se mantuvo estable (30%), y el BQCV y ABPV disminuyeron (a 22,4 y 6,1% respectivamente), mientras que la prevalencia de CPBV fue de 24,5%. El movimiento de colmenas, actividad que ha aumentado en los últimos años, podría estar jugando un papel importante en la dispersión de estos patógenos. Coincidiendo con 2011, no se detectó la presencia de N.apis, IAPV ni KBV. Estos resultados demuestran la importancia de los monitoreos para conocer la distribución y prevalencia de patógenos, evaluar el éxito de las estrategias recomendadas y estar alerta ante el ingreso de nuevas amenazas.