El riego produce un aumento significativo en los rendimientos de los cultivos y una notable reducción en la variabilidad del rendimiento anual. Estos dos factores hacen del riego una práctica económica atractiva a través del impacto directo en la rentabilidad de los cultivos (positivo en los niveles y negativo en la dispersión). Cuando el riego complementa la precipitación natural en los cultivos de verano alimentados por la lluvia, este efecto es aún más evidente. El típico análisis de factibilidad económica del riego complementario es desde un punto de vista financiero. Sin embargo, estas metodologías no tienen en cuenta los beneficios acumulados de la estabilidad del ingreso. En este estudio, cuantificamos monetariamente estos beneficios utilizando un enfoque de teoría prospectiva. Comparamos la certeza equivalente del flujo de ganancias estocásticas de un agricultor que aplica riego complementario a una rotación de cultivos, con el de un agricultor que no utiliza riego y cultiva en un sistema de lluvia, utilizando en ambos casos la función de utilidad acumulada de la teoría prospectiva. Nuestra aplicación evalúa los cultivos de verano en Uruguay. Encontramos que el agricultor valora la estabilidad del ingreso del riego (es decir, una menor volatilidad)asignando entre el 20 y el 32% del beneficio total al uso del riego. Construimos escenarios con diferentes orientaciones de producción de la operación, aptitud del suelo, distancia al puerto y actitudes hacia el riesgo, y en todos los casos, los agricultores atribuyen un valor considerablemente alto a la menor volatilidad. Estos resultados contribuyen a los esfuerzos y políticas que buscan promover la adopción del riego.[Basado en resumen del autor]