Liberalismo e ilustración
Nota sobre algunas contradicciones del discurso político de la Modernidad
Resumen:
Liberalismo e Iluminismo son, sin duda alguna, dos de los movimientos filosóficos más importantes que moldearon la civilización occidental. Porque nacidos de la misma cultura “moderna”, estas dos corrientes de pensamiento resultan relativamente difíciles de diferenciar una de la otra. En efecto, como el liberalismo y el Iluminismo se configuraron a lo largo de un periplo histórico fuertemente marcado por una aparente continuidad, comparten una serie de relatos que los ligan fuertemente entre sí. La concepción de la sociedad como un artificio, el reconocimiento del individuo como el componente indispensable en la construcción de la realidad social y política, el firme apego al paradigma racionalista, la defensa de la secularización política e incluso la concepción en torno a la economía, son sólo algunas de las similitudes que aproximan los discursos del liberalismo y de la Ilustración, hasta el punto de confundirlos. Sin embargo, no todo es coincidencia entre liberales e ilustrados. El ala más radical de Iluminismo, enfrascada en una suerte de racionalismo extremo, terminó configurando un programa teórico que puede resultar, a la postre, abiertamente contradictorio con el planteo del liberalismo. Mientras que el liberalismo se mantuvo en una tradición más humanista, defendiendo la libertad individual de cualquier intromisión injustificada por parte de toda forma de autoridad, el Iluminismo más radical se direccionó por una senda distinta al juzgar como válida e, incluso, deseable, la imposición de la razón, si ello se hacía en pos de un futuro mejor, tanto para la sociedad en su conjunto como para los propios individuos. En esa constelación teórica el iluminismo extremo se puso al borde de justificar el avasallamiento del individuo en nombre de la razón (de Estado). No obstante lo anterior, sería apresurado concluir que el liberalismo y el Iluminismo están condenados a contradecirse. En realidad, parece ser que sus desencuentros no son irremediables y que su compatibilidad pueda ser reconstruida a condición de acotar algunas de las formulaciones más extremas de ambos programas.[Resumen de los autores]
2011 | |
LIBERALISMO ILUMINISMO RACIONALISMO MODERNIDAD TEORÍA POLÍTICA |
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Español | |
Universidad ORT Uruguay | |
RAD | |
http://hdl.handle.net/20.500.11968/2774 | |
Acceso abierto | |
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Sumario: | Liberalismo e Iluminismo son, sin duda alguna, dos de los movimientos filosóficos más importantes que moldearon la civilización occidental. Porque nacidos de la misma cultura “moderna”, estas dos corrientes de pensamiento resultan relativamente difíciles de diferenciar una de la otra. En efecto, como el liberalismo y el Iluminismo se configuraron a lo largo de un periplo histórico fuertemente marcado por una aparente continuidad, comparten una serie de relatos que los ligan fuertemente entre sí. La concepción de la sociedad como un artificio, el reconocimiento del individuo como el componente indispensable en la construcción de la realidad social y política, el firme apego al paradigma racionalista, la defensa de la secularización política e incluso la concepción en torno a la economía, son sólo algunas de las similitudes que aproximan los discursos del liberalismo y de la Ilustración, hasta el punto de confundirlos. Sin embargo, no todo es coincidencia entre liberales e ilustrados. El ala más radical de Iluminismo, enfrascada en una suerte de racionalismo extremo, terminó configurando un programa teórico que puede resultar, a la postre, abiertamente contradictorio con el planteo del liberalismo. Mientras que el liberalismo se mantuvo en una tradición más humanista, defendiendo la libertad individual de cualquier intromisión injustificada por parte de toda forma de autoridad, el Iluminismo más radical se direccionó por una senda distinta al juzgar como válida e, incluso, deseable, la imposición de la razón, si ello se hacía en pos de un futuro mejor, tanto para la sociedad en su conjunto como para los propios individuos. En esa constelación teórica el iluminismo extremo se puso al borde de justificar el avasallamiento del individuo en nombre de la razón (de Estado). No obstante lo anterior, sería apresurado concluir que el liberalismo y el Iluminismo están condenados a contradecirse. En realidad, parece ser que sus desencuentros no son irremediables y que su compatibilidad pueda ser reconstruida a condición de acotar algunas de las formulaciones más extremas de ambos programas.[Resumen de los autores] |
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