Sumario: | Para poner en marcha la reforma escolar de 1877, el papel de los docentes extranjeros fue fundamental: la mitad de los inspectores departamentales designados a esos efectos eran inmigrantes. Este artículo se ocupa de la figura de uno de ellos, el español Jaime Ferrer y Barceló, encargado de implantar la reforma vareliana en el departamento de Durazno, cuyas polémicas actuaciones fueron registradas a menudo por la prensa de la capital, y analiza en particular su relación con los maestros, con la Iglesia local, su participación en el estado mayor de la reforma y la ideología que su discurso revela.
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