Sumario: | Desde mis primeros pasos en el campo de la comunicación fui consciente de que aprehender, conocer y comprender objetos sociales es, por lo menos, muy complicado. Mientras leía a quienes hacían inevitables comparaciones entre los objetos de estudio de las ciencias duras y los de las ciencias sociales, me preguntaba: ¿por qué resulta tan difícil estudiar al ser humano y sus relaciones?, ¿por qué será tan complicado comprender a una sociedad, a una organización o a un individuo?, ¿por qué no puede ser más simple? Fue en una clase donde escuché el comentario que me metió de lleno en este asunto: “El problema de lo simple no es que no sirva, sino que es perverso”. La frase fue y sigue siendo muy sugerente para pensar la investigación en ciencias sociales y, particularmente, en comunicación.
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