El arroz es el quinto rubro de exportación en el país, representando el 95% de su producción. En la actualidad la cadena se ve amenazada por una baja rentabilidad para productores e industriales que está llevando a una disminución muy importante del área plantada desde las 195 mil ha cosechadas en 2011 a las 140 mil hectáreas cosechadas en 2019. La necesidad de adoptar rápidamente nuevas variedades de alto rendimiento agronómico para mejorar la ecuación económica de los productores genera la necesidad por parte del sector arrocero de tener certezas acerca de la aceptabilidad de estos nuevos cultivares en los mercados compradores premium. Es necesario, por tanto, profundizar el conocimiento sobre la calidad física, el rendimiento industrial y las características sensoriales de nuevas y promisorias variedades, para poder orientar a los a los productores, industriales y programas de investigación, en el desarrollo e incorporación al sistema productivo de estas variedades. En este contexto resulta oportuno y necesario clasificar las nuevas variedades en “familias de variedades”. Estas “familias” estarían encabezadas por aquellas variedades con características de calidad ya reconocidas y aceptadas por los clientes. La clasificación de las nuevas variedades promisorias dentro de estas familias permitiría conocer con antelación la posibilidad de inserción de dichas variedades en mercados específicos. El objetivo de este trabajo fue identificar nuevos cultivares que compartan características de calidad con los cultivares tradicionales de manera de tener mayor certeza respecto a su aceptación por los mercados compradores y de este modo beneficiar a productores e industriales mediante la incorporación al sistema productivo de materiales de buen comportamiento agronómico y alto valor comercial.