Sileno en su derrotero : una mirada sobre las trayectorias de los Alcohólicos Anónimos desde una perspectiva de género
Supervisor(es): González Mora, Franco
Resumen:
En el presente trabajo monográfico se exponen los resultados de una investigación llevada a cabo en el marco del “Taller Central de Investigación Sociología de la Salud” de la Licenciatura en Sociología (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República), durante los años 2017 y 2018, donde se realizó un análisis cualitativo desde una perspectiva de género, sobre las trayectorias de los participantes de Alcohólicos Anónimos. A partir de un amplio marco teórico, donde confluyen elementos de la sociología de la salud enriquecidos por los aportes de los estudios de género, se analizaron las experiencias de los integrantes de la comunidad que asistían durante el primer semestre de 2018 en los grupos de Montevideo, explorando además la construcción de significados atribuidos al consumo de alcohol, los cambios y permanencias en relación al vínculo con su entorno social, así como también la incorporación, participación y desarrollo dentro de un nuevo espacio de interacción y de producción de sentido. Los discursos de estos participantes fueron relevados a través de 16 entrevistas semi-estructuradas desarrolladas durante cuatro meses de trabajo de campo. Los principales hallazgos muestran que en las diferentes etapas de sus trayectorias, las nociones sobre el ser varón y mujer y los roles socialmente asignados según el género, inciden en la subjetividad y en las prácticas desarrolladas por estos individuos. Los varones manifiestan haber consumido alcohol desde la adolescencia hasta la adultez, siendo esta una práctica que funcionó como un elemento central para la construcción de su identidad masculina, asociada a la vida pública y al riesgo. Por otro lado, las mujeres sostienen que la misma fue desarrollada en la esfera privada y durante un corto período de tiempo en la adultez, entendido siempre como un consumo perjudicial tanto para su salud como para la integridad del núcleo familiar. Sin embargo, luego de encontrar algunas dinámicas intermedias, esta consolidación y reproducción de patrones puede entenderse como prácticas constitutivas de una performatividad alcohólica que anticipan y habilitan el registro de eventos posibles y esperados para mujeres y varones, las que se transforman en una de las herramientas que la comunidad les brinda para recobrar el sentido y resignificar sus trayectorias. En ambos casos, el ingreso a “Alcohólicos Anónimos” se da en un contexto marcado principalmente por el debilitamiento de los vínculos con los agentes de socialización primarios, afectados por la persistencia y los conflictos que el consumo de alcohol generó en sus cotidianeidades. La permanencia en la comunidad implicó para estos individuos asumir que eran portadores de una enfermedad y que habían sido “derrotados” por el alcohol, a partir de un autodiagnóstico realizado sin la presencia de profesionales de la salud. No obstante, este parte de una concepción biomédica y biomoral de la enfermedad, que convierte además al alcohol en un chivo expiatorio causal de todos sus conflictos. Este fenómeno se enmarca dentro de un extenso proceso de medicalización de la sociedad como un ejemplo de reproducción y emulación de estructuras, prácticas y conceptos de la institución médica formal. Finalmente, para el tratamiento de su condición de enfermo alcohólico, se les provee una serie de herramientas que posibilitan que estos se mantengan en sobriedad y al mismo tiempo construyan un futuro sin alcohol. Dentro de ellas se destacan una participación de forma anónima, que protege al individuo de la estigmatización que recae sobre los consumidores, además del acompañamiento por parte de un padrino, una figura que desde su experiencia armoniza a los nuevos participantes con los valores que se promueven en la comunidad y con la existencia de un ser superior. Esta situación es entendida en ocasiones como un despertar espiritual, que desliga a los individuos de ciertas presiones y responsabilidades sobre su pasado y sobre su tránsito en la comunidad.
2019 | |
Alcohol Alcohólicos Anónimos Género Salud Trayectorias GENERO ALCOHOLISMO |
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Español | |
Universidad de la República | |
COLIBRI | |
https://hdl.handle.net/20.500.12008/23322 | |
Acceso abierto | |
Licencia Creative Commons Atribución - No Comercial - Sin Derivadas (CC - By-NC-ND 4.0) |
Sumario: | En el presente trabajo monográfico se exponen los resultados de una investigación llevada a cabo en el marco del “Taller Central de Investigación Sociología de la Salud” de la Licenciatura en Sociología (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República), durante los años 2017 y 2018, donde se realizó un análisis cualitativo desde una perspectiva de género, sobre las trayectorias de los participantes de Alcohólicos Anónimos. A partir de un amplio marco teórico, donde confluyen elementos de la sociología de la salud enriquecidos por los aportes de los estudios de género, se analizaron las experiencias de los integrantes de la comunidad que asistían durante el primer semestre de 2018 en los grupos de Montevideo, explorando además la construcción de significados atribuidos al consumo de alcohol, los cambios y permanencias en relación al vínculo con su entorno social, así como también la incorporación, participación y desarrollo dentro de un nuevo espacio de interacción y de producción de sentido. Los discursos de estos participantes fueron relevados a través de 16 entrevistas semi-estructuradas desarrolladas durante cuatro meses de trabajo de campo. Los principales hallazgos muestran que en las diferentes etapas de sus trayectorias, las nociones sobre el ser varón y mujer y los roles socialmente asignados según el género, inciden en la subjetividad y en las prácticas desarrolladas por estos individuos. Los varones manifiestan haber consumido alcohol desde la adolescencia hasta la adultez, siendo esta una práctica que funcionó como un elemento central para la construcción de su identidad masculina, asociada a la vida pública y al riesgo. Por otro lado, las mujeres sostienen que la misma fue desarrollada en la esfera privada y durante un corto período de tiempo en la adultez, entendido siempre como un consumo perjudicial tanto para su salud como para la integridad del núcleo familiar. Sin embargo, luego de encontrar algunas dinámicas intermedias, esta consolidación y reproducción de patrones puede entenderse como prácticas constitutivas de una performatividad alcohólica que anticipan y habilitan el registro de eventos posibles y esperados para mujeres y varones, las que se transforman en una de las herramientas que la comunidad les brinda para recobrar el sentido y resignificar sus trayectorias. En ambos casos, el ingreso a “Alcohólicos Anónimos” se da en un contexto marcado principalmente por el debilitamiento de los vínculos con los agentes de socialización primarios, afectados por la persistencia y los conflictos que el consumo de alcohol generó en sus cotidianeidades. La permanencia en la comunidad implicó para estos individuos asumir que eran portadores de una enfermedad y que habían sido “derrotados” por el alcohol, a partir de un autodiagnóstico realizado sin la presencia de profesionales de la salud. No obstante, este parte de una concepción biomédica y biomoral de la enfermedad, que convierte además al alcohol en un chivo expiatorio causal de todos sus conflictos. Este fenómeno se enmarca dentro de un extenso proceso de medicalización de la sociedad como un ejemplo de reproducción y emulación de estructuras, prácticas y conceptos de la institución médica formal. Finalmente, para el tratamiento de su condición de enfermo alcohólico, se les provee una serie de herramientas que posibilitan que estos se mantengan en sobriedad y al mismo tiempo construyan un futuro sin alcohol. Dentro de ellas se destacan una participación de forma anónima, que protege al individuo de la estigmatización que recae sobre los consumidores, además del acompañamiento por parte de un padrino, una figura que desde su experiencia armoniza a los nuevos participantes con los valores que se promueven en la comunidad y con la existencia de un ser superior. Esta situación es entendida en ocasiones como un despertar espiritual, que desliga a los individuos de ciertas presiones y responsabilidades sobre su pasado y sobre su tránsito en la comunidad. |
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