El proyecto “Territorio y Memoria. La Tablada Nacional como sitio de conflicto urbano” se presentó en el marco continuado de acompañamiento que el Grupo Interdisciplinario “Espacialidad y Memoria” (CSIC-883122) lleva efectuando al proceso de soberanía territorial del Sitio de Memoria La Tablada Nacional desde su declaratoria en abril de 2019. A través del estudio de su trayectoria como enclave urbano, hemos podido constituir la situación de conflicto que se inaugura con su categorización como sitio de memoria, sobre todo por su carácter de protección dentro del conjunto de planes institucionales aplicados sobre la zona. Asimismo fue objetivo del grupo de extensión potenciar los procesos de proyección a futuro desarrollados por la Comisión de Sitio, activando dinámicas de colectivización y diseño ejecutivo. A partir de las propuestas resultantes de estas instancias, se realizó un trabajo de coordinación técnica para la puesta en marcha de estas alternativas para el conjunto del barrio. Desde su constitución como espacio represivo en la dictadura, el territorio de la Tablada Nacional fue despojado de su raíz identitaria y declarado por la vía de la violencia estatal como espacio de excepcionalidad suburbana. Estos espacios de excepción permiten la territorialización cómplice de las prácticas asimétricas características del desarrollo urbano periférico capitalista. Estos son los lugares para los vertederos, los equipamientos logísticos, las cárceles o los psiquiátricos. Las prácticas represivas sobre el lugar se extendieron en tiempo al período democrático, y en forma a través de su refinamiento legislativo. El rol otorgado por la dictadura fue heredado por las instituciones de planificación que no pusieron en cuestión el trauma de su desterritorialización. Los planes urbanos para la zona aprovechan la situación de ambigüedad del predio de la Tablada para responder a demandas territoriales precisas de la ciudad productiva, a través de nuevos acuerdos público-privados, la apertura de vías de comunicación para el transporte de mercancías hacia centros logísticos de la zona y la necesaria recalificación del suelo suburbano como “no habitacional intensivo” con el objeto de expulsión de los habitantes de los barrios integrados en el predio, obstáculo de estas propuestas de transformación. La declaratoria de Sitio de Memoria sin embargo reconoce el predio desde su totalidad y determina la gestión colectiva - integrando a miembros referentes de los barrios - como el modo para la reconfiguración de los sentidos de territorio. En este proyecto hemos abordado esta situación reconociendo su dualidad como conflicto y potencial. Por un lado rastreamos un nudo no resuelto, una pugna de legitimidad debido a las contradicciones entre la normativa uruguaya y los procesos de territorialización existentes. Por otro lado, en el acompañamiento de la puesta en marcha de proyectos desde la comisión, hemos podido comprobar cómo la categoría de sitio abre una pequeña brecha en aquellas fronteras establecidas de los modos de producción de ciudad para sus habitantes más postergados. Particularmente hemos profundizado en el rol que la arquitectura toma en esta doble condición. En este caso los conocimientos disciplinares se ponen encima de la mesa para la ejecución de una idea común, lo que supone un revulsivo epistemológico a seguir explorando