La Cárcel Preventiva, Correccional y Penitenciaria fue inaugurada en Montevideo, el 25 de marzo de 1888. El establecimiento, sito en la calle Miguelete, fue proyectado como cárcel “modelo”. Con su instalación no sólo se buscaba solucionar las crónicas carencias del sistema penitenciario nacional, sino también crear el ámbito adecuado para reorientar los objetivos de la reclusión. El encierro debía pasar de la estricta sanción punitiva a ser una experiencia educativa y moralizadora, que permitiera la reintegración del individuo al cuerpo social, según establecía en sus fundamentos el proyecto de la Comisión del Código Penal (1882) La documentación que integra los fondos Cárcel Preventiva, Correccional y Penitenciaria (1888-1905), Consejo Penitenciario (1891-1910), y Superior Tribunal de Justicia (1889-1898) del Archivo General de la Nación ilustra acerca de lo utópico, o al menos difícil de llevar a la práctica, de las aspiraciones de los legistas. La prensa de la época reproduce las denuncias de las precarias condiciones de reclusión y de los castigos a que son sometidos quienes se resisten, revelando la iniquidad del sistema a una opinión pública sensibilizada ante la inoperancia de las reformas instaladas y la urgencia de instrumentar otras nuevas.