El presente trabajo considerado la monografia final de grado de la Licenciatura en Trabajo Social, hace referencia al uso problemático de drogas desde la perspectiva de género y a la intervención del Estado frente a esta problemática. La delimitación del tema se centra en lo que es el consumo de pasta base de cocaína (de ahora en más: PBC o pbc) en mujeres y cuál es la intervención desde las políticas públicas sobre esta población. A través de una revisión bibliográfica se realiza una aproximación en base a la concepción de género de la autora Joan Scott, al consumo problemático de drogas y a las políticas públicas que se implementan respecto a esta problemática. Para Gimena Lamancha (2012), al tomar en cuenta la perspectiva de género en cuanto al consumo problemático de drogas, se puede percibir que existen similitudes pero también diferencias fisicas, sicológicas y sociales a la hora del consumo en mujeres y varones. La condena social es mucho mayor para las mujeres consumidoras de drogas y el apoyo familiar en estos casos disminuye. La mujer intenta preservar los lazos familiares ocultando el consumo problemático. A esto se le suma factores de riesgo que pueden ser de tres tipos: individuales, familiares y sociales. Para el caso de la PBC e indagando en la temática, encontramos en los aportes de la tesis final de grado de la Licenciatura en Psicología de Gimena Estévez (2015) que en el contexto de pobreza y exclusión social que encierra este tipo de droga, la mujer por su condición de ser mujer, es doblemente estigmatizada. Primero por ser consumidora y segundo por no seguir los roles asignados para esta sociedad, es decir, sumisa, permisiva, pasiva. Pero no solo por estos adjetivos, la mujer es "encasillada" ya que existe el estereotipo de que es la que debe cumplir un doble rol o papel, aquel que tiene que ver con el que cumple fuera del hogar en el ámbito laboral y también el que se relaciona con los cuidados del hogar y la responsabilidad que asume con las personas dependientes, dentro del mismo.