El presente trabajo refiere al impacto que tiene el proceso jubilatorio, entendiendo particularmente a éste como el retiro del mercado laboral –ámbito formal de producción-, sobre los viejos y su consecuente adscripción dentro del núcleo familiar. Se considera así la transición de trabajador a jubilado uno de los mayores cambios –por lo general abrupto- que se suceden en dicho “momento” del ciclo vital, repercutiendo en distintas dimensiones que organizan, estructuran y singularizan la experiencia de cada sujeto envejeciente. Se destacará la relevancia que la categoría Trabajo adquiere tanto en la construcción como determinación del propio sujeto, siendo su rol “productor” factor preponderante en sociedades consideradas “avanzadas”. A partir de la transición de sujeto trabajador a jubilado se suceden modificaciones que atañen no solamente a quien lo vivencia, sino que el mismo núcleo familiar se encuentra de igual forma comprometido, siendo ambos afectados y afectantes ante el retiro laboral de determinado miembro de la familia. El énfasis será puesto sobre este último, es decir en la trascendencia del retiro laboral como condicionante en cuanto a la configuración de su “nueva cotidianeidad”, la posibilidad de “descubrir” alternativas y/o redefinir el propio “proyecto” vital que conduzca a la reelaboración de la experiencia y “curso de vida”, vividos siempre activamente