Pobreza energética en Uruguay: construcción de un Índice multidimensional entre 2005 y 2017

Fernández, Gastón

Supervisor(es): Molinari, Jorge - Vigorito, Andrea

Resumen:

Esta investigación estudia la pobreza energética en Uruguay, entendiéndola como la situación en la que se encuentra un hogar cuando no tiene acceso a servicios energéticos básicos y asequibles. Se propone un indicador multidimensional de pobreza energética (IPEM) en base a la metodología de Alkire y Foster (2011). El mismo incluye cinco dimensiones, de las cuales, cuatro refieren al acceso efectivo a servicios energéticos (calentamiento de agua sanitaria, calefacción de ambientes, servicios energéticos eléctricos y servicios energéticos para la alimentación e higiene) y una al gasto de los hogares para acceder a estos servicios. Se realizaron mediciones utilizando las Encuestas Nacional es de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGIH) relevadas por el Instituto Nacional de Estadística en 2005-06 y 2016-17. Los resultados indican que entre ambas mediciones la incidencia de la pobreza energética pasó del 47% al 26,4% , implicando que, pese a la mejora en 2016-17, más de uno de cada cuatro hogares presenta pobreza energética. La dimensión que presentó mayores niveles de privación fue la de gasto (16,8%), seguida de calefacción de ambientes (9,6%). Se encontró una asociación significativa entre deciles de ingreso e IPEM, evidenciándose brechas importantes en los niveles de privación entre los primeros y últimos deciles de la distribución, lo que significan un acceso desigual a servicios energéticos por parte de los hogares uruguayos. La pobreza energética en el primer decil alcanzó un 78,1% ; al tiempo que, el 22,7% de este decil presentó conjuntamente privaciones en indicadores de gasto y acceso, por lo que, aun gastando una proporción alta de sus ingresos , no logran acceder a todos los servicios energéticos básicos. En menor medida, se encontró asociación significativa con la región, hallándose mayores niveles de privación en localidades del interior con menos de 5000 habitantes y con la calidad de la vivienda. Se constató también que el 48% de los hogares con pobreza energética no se autoperciben pobres. Por último, se hallaron debilidades en las ENGIH en cómo se obtiene información referida a gastos energéticos (especialmente leña y GLP) y al acceso a servicios energéticos (calefacción y calentamiento de agua sanitaria), proponiéndose recomendaciones para superarlas.


This research studies energy poverty in Uruguay. A household experiences energy poverty if it does not have access to basic and affordable energys ervices. A multidimensional indicator of energy poverty (IPEM) is computed based on the methodology proposed by Alkire and Foster (2011). IPEM is a composite index that combines five dimensions, of which four correspond to access to energy services (electrical energy services, energy services for food and hygiene, sanitary water heating and space heating) and one to household expenditure in energy services. The empirical exercise is based on National Households Income and Expenditure Surveys micro-data carried out by Instituto Nacional de Estadística in 2005-06 and 2016- 17. The main findings show that energy poverty headcount ratio rose from 47% to 26.4%. This is implying that around one in four households experi enced energy poverty in 2016/17. The highest deprivation levels corresponded to energy expenditure (16.8%), followed by access to heating (9.6%). A significant association was found between income deciles and IPEM, showing important gaps in deprivation levels between the lowest and the highest per capita income, which reflects the unequal access to energy services experienced by Uruguayan households. Energy poverty in the first decile was 78.1% and 22.7% of households belonging to this decile also exhibited deprivations in spending and access indicators. Even when they spent a large proportion of their income in energy services, they do not manage to access all basic energy services. To a lesser extent, a significant association was found with the region of residence, with higher levels of deprivation being found in areas with less than 5,000 inhabitants. Besides, 48% of households that experience energy poverty do not perceive themselves as poor. Finally, survey instruments collecting energy expenditures (especially firewood and GLP) and access to energy services (sanitary water heating and space heating) can be improved and some recommendations are proposed in order to overcome these limitations.


Detalles Bibliográficos
2021
Pobreza energética
Desigualdad
Indicadores multidimensionales
Energía
Energy poverty
Inequality
Multidimensional indices
Energy
Expenditure
Español
Universidad de la República
COLIBRI
https://hdl.handle.net/20.500.12008/32894
Acceso abierto
Licencia Creative Commons Atribución - No Comercial - Sin Derivadas (CC - By-NC-ND 4.0)
Resumen:
Sumario:Esta investigación estudia la pobreza energética en Uruguay, entendiéndola como la situación en la que se encuentra un hogar cuando no tiene acceso a servicios energéticos básicos y asequibles. Se propone un indicador multidimensional de pobreza energética (IPEM) en base a la metodología de Alkire y Foster (2011). El mismo incluye cinco dimensiones, de las cuales, cuatro refieren al acceso efectivo a servicios energéticos (calentamiento de agua sanitaria, calefacción de ambientes, servicios energéticos eléctricos y servicios energéticos para la alimentación e higiene) y una al gasto de los hogares para acceder a estos servicios. Se realizaron mediciones utilizando las Encuestas Nacional es de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGIH) relevadas por el Instituto Nacional de Estadística en 2005-06 y 2016-17. Los resultados indican que entre ambas mediciones la incidencia de la pobreza energética pasó del 47% al 26,4% , implicando que, pese a la mejora en 2016-17, más de uno de cada cuatro hogares presenta pobreza energética. La dimensión que presentó mayores niveles de privación fue la de gasto (16,8%), seguida de calefacción de ambientes (9,6%). Se encontró una asociación significativa entre deciles de ingreso e IPEM, evidenciándose brechas importantes en los niveles de privación entre los primeros y últimos deciles de la distribución, lo que significan un acceso desigual a servicios energéticos por parte de los hogares uruguayos. La pobreza energética en el primer decil alcanzó un 78,1% ; al tiempo que, el 22,7% de este decil presentó conjuntamente privaciones en indicadores de gasto y acceso, por lo que, aun gastando una proporción alta de sus ingresos , no logran acceder a todos los servicios energéticos básicos. En menor medida, se encontró asociación significativa con la región, hallándose mayores niveles de privación en localidades del interior con menos de 5000 habitantes y con la calidad de la vivienda. Se constató también que el 48% de los hogares con pobreza energética no se autoperciben pobres. Por último, se hallaron debilidades en las ENGIH en cómo se obtiene información referida a gastos energéticos (especialmente leña y GLP) y al acceso a servicios energéticos (calefacción y calentamiento de agua sanitaria), proponiéndose recomendaciones para superarlas.