Las formas tradicionales de ciudadanía de impronta liberal-republicana se pensaron bajo el supuesto de ciertas identidades hegemónicas (blancas, masculinas, cristinas, burguesas, etc) que si bien tuvieron un móvil emancipatorio en su fundación simultáneamente tendieron a ser opresivas con otras (no-blancas, femeninas, no-cristinas pobres, etc). Diversas corrientes feministas cuestionarán el carácter opresivo de la ciudadanía clásica al mismo tiempo que postulan una nueva comprensión de la misma que corrija sus restricciones, en la presente ponencia me focalizaré en las críticas de las autoras pertenecientes a la teoría crítica. En esta línea, a través de las objeciones de Seyla Benhabib a una moral universalista que se limita a una comprensión del “otro generalizado”, las críticas de Iris Marion Young hacia la noción de “ciudadanía universal” y, finalmente del análisis de Nancy Fraser a las demandas públicas de reconocimiento de las identidades subyugadas, se pretende no solamente abordar las debilidades de la concepción monista de la ciudadanía clásica, sino también vislumbrar los posibles aspectos problemáticos que presentara esta noción de “ciudadanía diferenciada”.