Este trabajo aborda la figura de los funcionarios de cárceles en tanto eslabón clave de la política criminal, cuya misión consiste en implementar en el día a día y en contacto directo con la población reclusa, la pena privativa de libertad. La investigación se enmarca en el contexto de reforma penitenciaria que tuvo lugar en Uruguay durante la llamad a “era progresista” (2005 - 2020). Dicha reforma pretendió sustituir la concepción punitiva del régimen, por una centrada en la dimensión socioeducativa de la pena y la perspectiva de derechos humanos, e implicó la creación de una nueva institucionalidad y un proceso de reorganización del quehacer penitenciario. Así, el objetivo de este trabajo consistió e nanalizar cuáles son, desde la perspectiva de los trabajadores, las principales tensiones que componen su rol ocupacional, haciendo énfasis en los modos diferenciales en los que conciben su función, en los factores que influyen en dichas diferencias, y cómo las mismas son traducidas en sus prácticas cotidianas. Ello implicó, por un lado, tomar en consideración la dimensión organizacional de la cárcel, comprendiendo cuáles son las reglas formales e informales que rigen la dinámica carcelaria, cómo se organiza y distribuye el trabajo, y cuáles son los saberes valorados a la interna de la organización. Por otro lado, implicó abordar la dimensión institucional , es decir, la especificidad derivada de la función que, como sociedad, perseguimos al colocar a alguien tras las rejas de una prisión. Finalmente, implicó dar cuenta de la dimensión profesional relativa a los intereses propios del personal. Para hacerlo, se adoptó una estrategia metodológica de métodos mixtos buscando, por un lado, desarrollar y validar instrumentos de medición estandarizados que permitieran: i) describir las características, trayectorias y actitudes del personal a nivel de todo el país; ii) generar una tipología de funcionarios; y iii) explicar sus preferencias correccionales. Por otro lado, esta información fue complementada a través de un abordaje cualitativo que permitió echar luz sobre los modos en que los trabajadores hacen sentido de su rol laboral y los vínculos que desarrollan con otros actores del mundo penitenciario (principalmente, los internos, colegas y autoridades). Los resultados muestran que, detrás de la aparente homogeneidad en las actitudes y perfiles del personal, subyacen modos extremadamente diversos de concebir y llevar adelante la tarea, derivada en parte de la distinción entre operadores civiles y funcionarios policiales, pero también de la posición que ocupan (más allá del escalafón) en torno a la dimensión correccional y organizacional de la cárcel. Si bien los factores “importados” por los funcionarios tienen un efecto sobre sus preferencias correccionales, los elementos derivados de su rol laboral y de su inserción organizacional, generan un impacto aún mayor en sus inclinaciones hacia el castigo o hacia la rehabilitación. Finalmente, y más allá de la relevancia que tienen los cambios introducidos a partir de los perfiles del personal, la investigación muestra las fuertes inercias y la capacidad para neutralizar las fuerzas trasformadoras que caracterizan a la dinámica carcelaria.