Las últimas tres décadas del siglo [XX] marcaron para América Latina la consolidación del modelo de acumulación capitalista neoliberal. Del formato brutalmente represivo de los regímenes dictatoriales en la década de los setenta, guiados por la doctrina de seguridad nacional, a aceptar las condicionantes impuestas por el neoliberalismo como doctrina unitaria en las décadas de los ochenta y los noventa, bajo la tutela del Consenso de Washington. A pesar de ello a finales de la década de los noventa, el Consenso de Washington deja su hegemonía abriendo paso a la emergencia del Consenso de los Commodities. Este cambio generó para América Latina, el ingreso a un nuevo orden económico, político e ideológico global, el cual se forjó con un incremento sostenido de los precios internacionales, de las materias primas y los bienes de consumo demandados en mayor medida por los países centrales y las potencias emergentes. De este modo se consolidó en a nivel continental un modelo de desarrollo neoextractivista, el cual permitió que los países del sur global obtuvieran algunas ventajas comparativas, como el crecimiento sostenido durante un determinado lapso temporal de sus economías. Por más, que en plena etapa de crecimiento económico se forjaron nuevas asimetrías, las cuales determinaron la eclosión de una serie conflictos ambientales, culturales, políticos y sociales. Debido a ello a partir del segundo lustro de la década de los noventa, en Latinoamérica comenzaron a tomar forma fuertes cuestionamientos a las políticas neoliberales y a las recetas elaboradas por los organismos multilaterales de crédito. Produciéndose por un lado; la emergencia de nuevas y reconfiguradas modalidades de acción colectiva y lucha, centradas en la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos ancestrales, la protección de los recursos naturales, el territorio y el ambiente. Y por otro, agotado el modelo neoliberal a lo largo y ancho del continente latinoamericano se produjo la llegada al poder de gobiernos que se autodenominaron como progresistas o nuevas izquierdas.