El artículo se inscribe en la problemática de la Gestión de Conocimientos ya elaborada por los autores hace una veintena de años. El mismo constará de cuatro partes. En primer lugar, se intentará demostrar la imprescindible necesidad de diferenciar los distintos tipos de conocimientos que se articulan en los procesos productivos y de la función que cumple cada uno de ellos para poder realizar una correcta gestión de los mismos. Se retomarán y discutirán las categorías de Concreto visible, Concreto invisible, Abstracto práctico y Abstracto teórico y se plantearán los ajustes que se creen necesarias a las mismas a partir de la experiencia adquirida en estos últimos tiempos. En segundo lugar, se intentará discutir la potencialidad heurística de esta categorización en relación a otras calificaciones de los niveles de los conocimientos productivos realizadas por investigadores de otros horizontes (particularmente de Tanaka y otros). En tercer lugar, se intentará demostrar la fertilidad de esta conceptualización en relación a las transformaciones institucionales de las relaciones laborales (complejización de las categorías laborales, flexibilización de las mismas, sistemas de normalización de competencias) etc. En cuarto lugar, las consecuencias que esta calificación puede tener para la correcta gestión de los conocimientos y de la previsión y estrategias de formación.