Este artículo tiene motivación en la pregunta ¿desde qué lugar se produce conocimiento en Trabajo Social y, qué sentido ético-político asume esta producción? No es una pregunta novedosa para nuestra disciplina ya que es histórica la cuestión de la producción de conocimiento, incluso la tensión entre la aparente separación entre academia y ejercicio profesional. Sin embargo, no es una pregunta saldada y si aún fuera así, ésta vuelve a tomar sentido en distintos momentos sociopolíticos. Se sume como premisa que el Trabajo Social se encuentra actualmente en una encrucijada, establecida por la mercantilización en avanzada de la investigación académica en ciencias sociales, en el marco de una oferta académica que acentúa la carrera por la obtención de méritos de posgrado. Y, el desafío ético-político de inscribir la producción de conocimiento en la identificación de tópicos de relevancia para el conjunto social sobre los cuales producir marcos de comprensión que a la vez potencien la rigurosidad profesional. Este artículo forma parte de una línea de investigación cualitativa más amplia, por lo cual asume un carácter exploratorio, que se desprende de un trabajo en marcha sobre la producción de conocimiento en Trabajo Social y sus características contemporáneas en tanto práctica sociopolítica.