Nuestro diario vivir se encuentra permanentemente atravesado por la matemática, por lo cual una buena comprensión de la misma resulta imprescindible para ser parte del mundo que nos rodea. Como docentes, la sociedad y el sistema educativo nos exige que enseñemos matemática y como prescripción que a su vez se aprenda, pero esto no siempre resulta de esta manera. Las pruebas uruguayas estandarizadas como, por ejemplo: SEA (Sistema de Evaluación de Aprendizaje), Aristas, y las propias pruebas diseñadas por el docente (internas, artesanales), muestran resultados que no son tan buenos en relación a los recursos puestos para ello. Entonces nos preguntamos, ¿qué estrategias debemos emplear para favorecer los aprendizajes en matemática dentro de nuestras aulas? ¿Cómo podemos mejorar los resultados de nuestros estudiantes? La presente investigación ancla sus hipótesis en las interrogantes anteriormente expuestas. Desde este lugar se consideran como posibles variables que inciden en dicha problemática: la orientación al docente, el intervalo de tiempo en la enseñanza de un contenido para el aprendizaje del número y el desempeño profesional. En este trabajo, presentamos un estudio empírico en el que participan maestras y sus estudiantes de primer año de escuelas públicas. La metodología utilizada se basa en la intervención sobre los docentes y la observación de cambios en el desempeño matemático sobre sus estudiantes ensamblando metodologías encontradas en la revisión bibliográfica realizada y adaptada a nuestros intereses científicos. La investigadora/supervisora brinda orientaciones hacia la planificación de los docentes – durante la intervención - junto a pequeñas instancias de formación sin que la investigadora esté inmersa en el trabajo de campo dado que no participa de las instancias dentro del aula.A través de este diseño se espera que la orientación y acompañamiento al docente incida directamente en las prácticas educativas y por ende en los aprendizajes de los estudiantes. Las prácticas distribuidas o prácticas de frecuentación diaria y profundización en el conocimiento del concepto de enseñanza, en este caso el número, fueron evaluadas a través del aprendizaje de los estudiantes pre y post intervención; a su vez se realiza la misma aplicación de prueba en otra escuela sin intervención de la investigadora. La prueba utilizada fue PUMa (Prueba Uruguaya de Matemática) aplicada a niños de seis años de edad correspondientes a primer grado escolar. Los resultados muestran leves mejoras en los aprendizajes de los estudiantes; lo que nos permite pensar en diferentes posibilidades que se discuten para favorecer el avance del aprendizaje de la matemática temprana, entendiendo como avance la distancia entre lo que el estudiante sabe y lo que aprendió, medido por las diferentes pruebas de evaluación (Reglamento de Evaluación del Estudiante (REDE) de la Educación Básica Integrada, 2022). Tenemos la oportunidad de cambiar el modelo memorístico o algorítmico de enseñanza de los conceptos matemáticos por prácticas creativas, de investigación, de construcción de conocimiento de forma autónoma y también colectiva, poseemos un importante sustento teórico que debería ser interdisciplinar entre quienes trabajan en el campo de las neurociencias y los profesionales de la educación, el desafío es avanzar en la incorporación de estos conocimientos en las prácticas de enseñanza.