En los últimos años, ha habido una creciente preocupación por el aumento en el uso de pesticidas en la producción agrícola. Un ejemplo es el neonicotinoide imidacloprid, el cual es utilizado comúnmente para combatir insectos plagas en todo el mundo. Diferentes estudios han demostrado el gran impacto que tienen las dosis subletales de este insecticida en la salud de insectos no objetivo, como la abeja melífera. La abeja Apis mellifera es el insecto polinizador por excelencia del que dependen una gran variedad de cultivos. Su importancia radica también en la producción de miel, polen, propóleos, jalea real y cera, entre otros productos de la colmena. En particular, la apicultura en Uruguay es un sector netamente exportador, en dónde más del 85% de la producción de miel es exportada. A nivel nacional se estima que entre un 20-30% de las colmenas de abejas melíferas se pierden anualmente. Entre las causas auto-identificadas por los apicultores se encontraron las enfermedades y los pesticidas. Durante los últimos años en Uruguay ha aumentado la superficie destinada para la agricultura, y con ello las importaciones y el uso de pesticidas como el imidacloprid, generando una amenaza en las regiones donde los cultivos comparten la tierra con la apicultura. En Uruguay las abejas locales son principalmente híbridos de abejas melíferas europeas y de abejas africanizadas provenientes de Brasil, se estima que alrededor del 80% de las abejas del territorio nacional son abejas africanizadas. En este trabajo se buscó investigar los efectos subletales de la exposición crónica al imidacloprid sobre la respuesta inmune de las abejas melíferas africanizadas y su impacto sobre la infección por patógenos, la microbiota intestinal y sobre la supervivencia. Para ello, a nivel de laboratorio y bajo condiciones controladas se trabajó con abejas con/sin exposición al imidacloprid y/o al microsporidio Nosema ceranae. Nuestros resultados evidenciaron que el imidacloprid afectó la expresión de genes asociados con la inmunidad de las abejas melíferas generando un estado fisiológico anormal, aumentando la expresión del gen que codifica para la lisozima y disminuyendo la expresión del gen que codifica para la himenoptecina. También alteró la microbiota intestinal, especialmente en abejas infectadas por N. ceranae. Estos impactos negativos se vieron reflejados en las altas tasas de mortalidad de las abejas expuestas. Contrariamente a lo esperado, la alteración de genes vinculados a la inmunidad o de la microbiota intestinal no favoreció la infección por N. ceranae o por el virus de las alas deformes. Estos resultados ilustran los efectos del imidacloprid en las abejas africanizadas y contribuyen a visualizar el alcance del impacto de los pesticidas en los polinizadores.