La costa representa un espacio particularmente vulnerable, tanto por sus características naturales, su condición de ecosistema de “borde”, como por el uso intensivo que se hace de la misma, la presión a la que está sometida. El crecimiento del nivel de actividad no se da al margen del conflicto. De hecho, a medida que avanza, va afianzando posiciones encontradas en torno a un debate respecto a las posibilidades de articular el crecimiento económico con el cuidado ambiental. El centro de este debate consiste en las reflexiones acerca de hacia qué modelo de desarrollo deberíamos encaminarnos y cuáles son las prioridades, socialmente determinadas, que se impondrán. Con el fin de ordenar las distintas tendencias que se enfrentan acerca de los problemas relativos al manejo integrado y ambientalmente sustentable de la zona costera y su desarrollo, es útil plantear dos enfoques polares que pueden considerarse como puntos extremos en el continuo de las reflexiones acerca del “desarrollo sostenible”. Por un lado, el modelo que resulta del paradigma de la economía ambiental y de los recursos, que parte de los supuestos de la economía neoclásica. En oposición al enfoque reseñado previamente, desde la economía ecológica se sostiene que los distintos tipos de recursos cumplen roles diferentes en el sistema económico, y, por tanto, más que como sustitutos casi perfectos unos de otros, deben ser considerados como complementarios. Esta ponencia tendrá como objetivo echar luz sobre dicho debate, a través del análisis de 50 entrevistas realizadas a distintos actores implicados en el manejo costero.