La tesis se desarrolla en las escuelas rurales de Clara y La Hilera, de Tacuarembó, exclusivos lugares de lo público y de la presencia del Estado para las comunidades, y únicas instituciones que nuclean a niños en edad escolar de las zonas. Abordamos en estos contextos una doble situación de vulnerabilidad, la infancia y la ruralidad; en particular los escolares que viven en los parajes mencionados, concurren todos a la escuela y pertenecen a ruralidades con características de población dispersa. En este sentido, los escolares se encuentran en situación de vulnerabilidad alimentaria, al transitar una importante etapa de la vida en pleno crecimiento y desarrollo, y de formación del comportamiento alimentario, en que adquieren relevancia la alimentación y la nutrición adecuadas. Asimismo, los niños presentan obstáculos para ejercer plenamente el derecho a la alimentación, al crecer en ámbitos de niveles socioeconómicos deficitarios. Desde esta perspectiva, estudiamos el rol de las escuelas en la realización del derecho humano a la alimentación de los niños, que implica conocer como el Estado respeta, protege y garantiza este derecho. Es decir, conocer la manera en que estas instituciones educativas contribuyen a la realización del derecho humano a alimentación de los niños, a través de docentes y auxiliares de servicio responsables del acceso regular, permanente y libre, a una alimentación cuantitativa y cualitativa adecuada y suficiente, vinculada a tradiciones culturales del entorno, que garantice una vida afectiva, física y digna. Realizamos estudio de caso múltiple, a través de metodología mixta, con abordaje cualitativo desde enfoque etnográfico, con descripción densa del trabajo de campo que requirió permanencia y convivencia en ambas escuelas. Para medir la seguridad alimentaria en los hogares utilizamos la ELCSA (2012). El enfoque cuantitativo involucró estudio observacional descriptivo prospectivo, del estado nutricional de escolares, al inicio y finalización del año lectivo, empleando estudio test t pareado para compararlo con situación de seguridad alimentaria de sus hogares. Luego de obtener resultados cualitativos y cuantitativos, triangulamos la información. Al profundizar en la situación de vulnerabilidad alimentaria de estos niños, resulta inseguridad alimentaria en la mitad de los hogares, con restringido repertorio de comidas, limitadas habilidades culinarias y predominio de comida de olla. En más de la mitad de los niños valoramos estado nutricional normal, coexistiendo malnutrición por déficit y exceso en los demás; sin encontrar asociación con las situaciones de inseguridad alimentaria de los hogares. Las escuelas contribuyen con la alimentación de todos los niños, gestión a cargo de maestras y auxiliares de servicio. La cotidianeidad de la alimentación en estos ámbitos escolares requiere abordaje integral, donde comer implica ejercer el derecho a la alimentación en los niños que supera la dimensión biológica, con factores afectivos, culturales, de socialización y educativos. La perspectiva educativa en el comedor escolar, privilegia la comensalidad en este espacio como aula potencial para generar aprendizajes, y reconoce la importancia de formación continua de las responsables. Desde el paradigma de enfoque de derecho, los aspectos mencionados contribuyen a que los escolares participen como sujetos de derecho activos en la alimentación, favoreciendo su construcción de identidad.