La inclusión educativa es un mandato indiscutible en muchos países de la región y del mundo. Uruguay no escapa a esta realidad y desde fines del siglo XIX ha sido ejemplo de inclusión en la formación primaria. Sin embargo, en enseñanza media, aún queda mucho camino por recorrer para que la inclusión sea una realidad y no quede solo en niveles declarativos de intención. Este trabajo indaga sobre el impacto que está teniendo la aplicación de uno de los tantos programas que intentan mitigar la desigualdad de origen con que llegan los estudiantes a enseñanza media: el sistema de tutorías aplicado en liceos de Ciclo Básico con bajo nivel de promoción. Se parte de la percepción de que el sistema de tutorías, más allá de la mejora en los índices de promoción, objetivo con el que fue creado, genera un impacto más difícil de medir que se relaciona con el vínculo del joven con el aprendizaje y con los vínculos a la interna de la institución. Este impacto, leído desde la perspectiva micropolítica generaría un nuevo reparto de los roles y de los espacios de poder relacionados con el conocimiento en la línea del concepto de esperanzas subjetivas planteado por Bourdieu. Asimismo, se tiene el convencimiento de que, solamente conociendo los mecanismos de exclusión/inclusión se puede pensar en actuar sobre la realidad. Y uno de estos mecanismos es la forma en que el joven se vincula con el conocimiento