La repetición escolar y sus atolladeros Aportes para la reflexión pedagógica
Resumen:
La repetición escolar ha adquirido gran visibilidad en la agenda educativa nacional. Si bien es una temática que desde siempre ha estado en discusión, en los últimos años ha cobrado una notoriedad un tanto llamativa, en general adjudicada a las alarmantes cifras que arroja la educación secundaria. No obstante, cuando un tema se coloca en el centro de la discusión es preciso prestar oídos, porque seguramente no se agota en sí mismo, más aún en el campo de la educación. De hecho, podemos aventurar que la repetición escolar constituye un síntoma; es la cara visible de un complejo entramado de luchas, intereses y tensiones que le son propias a la educación, pero aparecen como un problema que requiere de una intervención puntual. Entonces, pululan las discusiones acerca de su pertinencia. Desde la política educativa, la repetición constituye un gasto infructuoso que en la mayoría de los casos no redunda en beneficios ni para los niños, ni para el sistema educativo en general. Desde el sindicato docente, esta (especialmente en primer año) es leída como una herramienta que apunta a garantizar la adquisición de los aprendizajes necesarios para la continuidad de la trayectoria educativa. Su erradicación pondría en peligro la “calidad” de dichos aprendizajes. Quizá, sea necesario interpelar esas “garantías”, puesto que dan cuenta de una idea de tiempo, de espacio, de aprendizaje, de sujeto que es preciso poner en tensión porque, en definitiva, lo que busca garantizar la repetición es la denuncia de aquello que “no se logró” en tiempo y forma. Entonces, es urgente discutir cuál es el tiempo de la escuela, cuáles son sus formas y qué lugar ocupan los sujetos en ella. Pensar la repitencia como síntoma que deja al descubierto las contradicciones de un dispositivo, hace necesario superar el binomio repetición: si/ repetición: no; lugar al que se ha reducido el debate actual. Porque, parece que detrás de una “simple” decisión administrativa que se resume en “promueve” o “no promueve” se entrañan elementos que ponen en cuestión el alcance de la figura del maestro, de su autoridad, su reconocimiento y de las propias estructuras de la escuela. Los siguientes trazos procuran bordear algo de la repetición escolar y sus atolladeros.
2019 | |
educación Derecho a la educación Trayectorias educativas Repetición escolar |
|
Español | |
ANEP. Consejo de Formación en Educación | |
RIdAA-CFE | |
http://repositorio.cfe.edu.uy/handle/123456789/377 | |
Acceso abierto | |
cc by 4.0 |
Sumario: | La repetición escolar ha adquirido gran visibilidad en la agenda educativa nacional. Si bien es una temática que desde siempre ha estado en discusión, en los últimos años ha cobrado una notoriedad un tanto llamativa, en general adjudicada a las alarmantes cifras que arroja la educación secundaria. No obstante, cuando un tema se coloca en el centro de la discusión es preciso prestar oídos, porque seguramente no se agota en sí mismo, más aún en el campo de la educación. De hecho, podemos aventurar que la repetición escolar constituye un síntoma; es la cara visible de un complejo entramado de luchas, intereses y tensiones que le son propias a la educación, pero aparecen como un problema que requiere de una intervención puntual. Entonces, pululan las discusiones acerca de su pertinencia. Desde la política educativa, la repetición constituye un gasto infructuoso que en la mayoría de los casos no redunda en beneficios ni para los niños, ni para el sistema educativo en general. Desde el sindicato docente, esta (especialmente en primer año) es leída como una herramienta que apunta a garantizar la adquisición de los aprendizajes necesarios para la continuidad de la trayectoria educativa. Su erradicación pondría en peligro la “calidad” de dichos aprendizajes. Quizá, sea necesario interpelar esas “garantías”, puesto que dan cuenta de una idea de tiempo, de espacio, de aprendizaje, de sujeto que es preciso poner en tensión porque, en definitiva, lo que busca garantizar la repetición es la denuncia de aquello que “no se logró” en tiempo y forma. Entonces, es urgente discutir cuál es el tiempo de la escuela, cuáles son sus formas y qué lugar ocupan los sujetos en ella. Pensar la repitencia como síntoma que deja al descubierto las contradicciones de un dispositivo, hace necesario superar el binomio repetición: si/ repetición: no; lugar al que se ha reducido el debate actual. Porque, parece que detrás de una “simple” decisión administrativa que se resume en “promueve” o “no promueve” se entrañan elementos que ponen en cuestión el alcance de la figura del maestro, de su autoridad, su reconocimiento y de las propias estructuras de la escuela. Los siguientes trazos procuran bordear algo de la repetición escolar y sus atolladeros. |
---|