El tema de la escritura en los Libros sin tapas de Felisberto Hernández

González, María del Carmen

Resumen:

La asunción de atipicidad implícita en la frase de Carlos Vaz Ferreira “Tal vez no haya en el mundo diez personas a las cuales les resulte interesante y yo me considero una de las diez” (Díaz: 2000); la inclusión en la antología Cien años de raros (Rama, 1966); la senten‑ cia de Ítalo Calvino “é uno scrittore que non somiglia a nessuno” (Calvino:1974) ; la frase de Julio Cortázar “solitario en su tierra uruguaya” (Cortázar: 1975); y las innumerables referencias de la crítica académica a la imposibilidad de clasificación de su obra es punto de partida inevitable en todo abordaje de la obra de Felisberto Hernández. Las llamadas Primeras invenciones3 — Fulano de tal (1925), Libro sin tapas (1929), La cara de Ana (1930) y La envenenada (1931) —son producciones fundamentales para realizar un estudio del tema de la escritura en la obra de un solitario, en el orden estético, como es Felisberto Hernández (1902–1964). Contrariamente a la tendencia dominante en la literatura de su época, el escritor se presentaba en la sociedad —avanzada la década del ’20— con unos libritos que constituían una anti–literatura no solo desde temas y procedimientos, sino desde la materialidad y cir‑ cunstancias en que aparecieron. En rigor, no son libros, sino folletos de pequeño tamaño que Juan Carlos Onetti describía así: “El papel era el que se usa para la venta de fideos; la impresión tipográfica, estaba lista para ganar cualquier concurso de fe de erratas; el cosido había sido hecho con recortes de alambrado, pero el libro, apenas un cuento, me deslumbró” (Onetti, 1975, 257–259). Se refería a La envenenada, el último de la serie.


Detalles Bibliográficos
2011
Enseñanza de la literatura
literatura
escritura
Español
ANEP. Consejo de Formación en Educación
RIdAA-CFE
http://repositorio.cfe.edu.uy/handle/123456789/592
Acceso abierto
cc by-nc-nd 4.0
Resumen:
Sumario:La asunción de atipicidad implícita en la frase de Carlos Vaz Ferreira “Tal vez no haya en el mundo diez personas a las cuales les resulte interesante y yo me considero una de las diez” (Díaz: 2000); la inclusión en la antología Cien años de raros (Rama, 1966); la senten‑ cia de Ítalo Calvino “é uno scrittore que non somiglia a nessuno” (Calvino:1974) ; la frase de Julio Cortázar “solitario en su tierra uruguaya” (Cortázar: 1975); y las innumerables referencias de la crítica académica a la imposibilidad de clasificación de su obra es punto de partida inevitable en todo abordaje de la obra de Felisberto Hernández. Las llamadas Primeras invenciones3 — Fulano de tal (1925), Libro sin tapas (1929), La cara de Ana (1930) y La envenenada (1931) —son producciones fundamentales para realizar un estudio del tema de la escritura en la obra de un solitario, en el orden estético, como es Felisberto Hernández (1902–1964). Contrariamente a la tendencia dominante en la literatura de su época, el escritor se presentaba en la sociedad —avanzada la década del ’20— con unos libritos que constituían una anti–literatura no solo desde temas y procedimientos, sino desde la materialidad y cir‑ cunstancias en que aparecieron. En rigor, no son libros, sino folletos de pequeño tamaño que Juan Carlos Onetti describía así: “El papel era el que se usa para la venta de fideos; la impresión tipográfica, estaba lista para ganar cualquier concurso de fe de erratas; el cosido había sido hecho con recortes de alambrado, pero el libro, apenas un cuento, me deslumbró” (Onetti, 1975, 257–259). Se refería a La envenenada, el último de la serie.