Hacia el rescate del sujeto. Consideraciones epistemológicas - metodológica
Resumen:
Buena parte de la producción socioantropológica posterior a la inflexión de los años 60 del siglo pasado rehusó un ideal de explicación basado en leyes y ejemplos y de a poco asumió otro basado en casos e interpretaciones, aunque rara vez lo hizo privilegiando anclajes empíricos centrados en las subjetividades e intersubjetividades de los sujetos implicados. Pero el silenciamiento del sujeto implica una falencia y, en su límite, una falacia: una falencia metodológica que muchos legítimamente podrán juzgar que encubre una falacia epistemológica –o, sensu stricto, representacional–. Ello opera menguando la potencia de la labor de reflexión; en efecto, prescindir del punto de vista del nativo, cimiento y simiente de todo trabajo etnográfico con pretensión de consistencia, inhibe la posibilidad de alcanzar, como es deseable, una hermenéutica reflexiva y permite, apenas, algunas flexiones provisionales. Resulta innegable, además, que el investigador de lo social debería abordar su tarea –descriptiva, analítica, crítica, heurística… en fin, poiética– alternadamente desde dentro y desde fuera, es decir, trashumando entre lo que en la jerga antropológica algunos denominan, respectivamente, perspectivas emic y perspectivas etic
2014 | |
hermenéutica Investigación educativa |
|
Español | |
ANEP. Consejo de Formación en Educación | |
RIdAA-CFE | |
http://repositorio.cfe.edu.uy/handle/123456789/1453 | |
Acceso abierto | |
cc by-nc-nd 4.0 |
Sumario: | Buena parte de la producción socioantropológica posterior a la inflexión de los años 60 del siglo pasado rehusó un ideal de explicación basado en leyes y ejemplos y de a poco asumió otro basado en casos e interpretaciones, aunque rara vez lo hizo privilegiando anclajes empíricos centrados en las subjetividades e intersubjetividades de los sujetos implicados. Pero el silenciamiento del sujeto implica una falencia y, en su límite, una falacia: una falencia metodológica que muchos legítimamente podrán juzgar que encubre una falacia epistemológica –o, sensu stricto, representacional–. Ello opera menguando la potencia de la labor de reflexión; en efecto, prescindir del punto de vista del nativo, cimiento y simiente de todo trabajo etnográfico con pretensión de consistencia, inhibe la posibilidad de alcanzar, como es deseable, una hermenéutica reflexiva y permite, apenas, algunas flexiones provisionales. Resulta innegable, además, que el investigador de lo social debería abordar su tarea –descriptiva, analítica, crítica, heurística… en fin, poiética– alternadamente desde dentro y desde fuera, es decir, trashumando entre lo que en la jerga antropológica algunos denominan, respectivamente, perspectivas emic y perspectivas etic |
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