La implementación de prácticas docentes que se centren en el desarrollo de competencias por parte de los estudiantes resulta imprescindible para que estos puedan lograr enfrentarse a los desafíos de un mundo altamente cambiante, digitalizado y desbordado de información. Para lograr un aprendizaje profundo, definido como el proceso de adquisición de seis competencias globales (6C: carácter, ciudadanía, creatividad, pensamiento crítico, colaboración y comunicación) es necesario integrar con precisión las prácticas pedagógicas centradas en el estudiante con el uso genuino de las tecnologías digitales. En este marco, hemos diseñado y validado cuatro instrumentos tipo encuesta con el objetivo de evaluar la percepción de docentes y estudiantes de Bachillerato sobre el desarrollo de las 6C+1, las estrategias pedagógicas que las promueven y sobre el uso y apropiación de las TICs. Además, con el objetivo de medir el desarrollo real de las 6C+1 en estudiantes de bachillerato, se diseñó y validó un nuevo instrumento basado en un problema integrador. Estos instrumentos fueron aplicados obteniéndose que en promedio los estudiantes (n=191) creen tener un desarrollo significativo de las 6C+1 (>74%), y en particular del pensamiento crítico y la colaboración. Los docentes (n=34), sin embargo, consideran que sus estudiantes han desarrollado las 6C+1 en menor medida (66,5%). Pudimos determinar que tanto los estudiantes como sus docentes tienen una percepción sobre el desarrollo de las 6C+1 de los estudiantes mayor al desarrollo real de éstas (en promedio 54,2%), excepto para la competencia colaboración (el desarrollo real es un 8,1% superior a la autopercepción). Podemos afirmar, además, que existe una diferencia estadísticamente significativa entre la autopercepción y el desarrollo real de las competencias, y que existe interacción entre ellas. Finalmente, recabamos la opinión de los docentes respecto a qué prácticas pedagógicas consideran que contribuyen más al desarrollo de las 6C+1. El Gráfico 2 muestra, para cada práctica pedagógica, el número de docentes (de un total de 35) que considera promueve el desarrollo de las 6C+1. Las zonas amarillas implican una opinión generalizada sobre la eficacia de esa práctica pedagógica en promover la competencia correspondiente. Esta investigación no tiene precedentes en nuestro país, y los resultados son un insumo fundamental para enfocar el esfuerzo de los docentes en sus estrategias didácticas en el aula.